Tenemos
hoy un dolor demasiado grande, pero al mismo tiempo una gratitud infinita
hacia el Señor que nos permitió al papá, a mí, a tus hermanitos, a los
abuelos, a los tíos, a tus primos y a todos tus amigos compartir
dieciocho años maravillosos. Sin duda, los mejores de nuestras vidas.
Pero,
Dios sabe que amándote como lo haremos siempre, nunca nos vamos a revelar
a sus designios y El te eligió a tí porque necesitaba un ayudante, una
personita con tus ideales, con tu sed de justicia, con tu alegría y ese
poquito de rebeldía que te hacía tan especial y único.
No nos cabe
ninguna duda que va a ser nuestro Paco, él que le va a enseñar a los demás
angelitos a hacer experimentos. Les va a explicar a todos como construir
cosas nuevas y todo tipo de inventos, desde los más sofisticados hasta
los más artesanales, además te va a pedir prestadas todas las
herramientas.
Por
favor Diosito, no te preocupes si organiza un asado y si invita mucha
gente, Tú que lo conoces mejor que nadie sabes que él es sociable por
naturaleza, además deja todo impecable, porque es muy ordenado y siempre
está dispuesto a ayudar.
Dios
mío, tu sabes que con Raúl siempre te dijimos que si llamabas a uno de
nuestros hijos al sacerdocio nos harías muy felices.
Lo
decíamos de verdad, considerábamos que sería un premio, un regalo a
nuestras vidas. Pero, Tú disposición era otra y la vamos a acatar. No
llamaste a nuestro niño en la forma que pensábamos o soñábamos, pero
lo has llevado a Tu lado y tendrás una excelente compañía, pero por
favor no nos olvides, protégenos, cuidanos y danos serenidad que nos está
haciendo mucha falta.
Virgen
santísima, ¡quién como Tú puede comprendernos? Tú como Madre sufriste
este dolor, vistes a Tu Hijo en la Cruz y fuiste capaz de amarnos a
nosotros - tus hijos - sin reproches, enséñanos hoy a transitar sin ira
por esa difícil senda: danos la fuerza, ilumina nuestro camino. No
permitas que nada ni nadie nos separe, cuida a nuestro niño, abrígalo y
no te olvides que él es muy regalón. No es necesario que le digas que lo
amamos más allá de la razón, porque eso lo sabe muy bien, así como
nosotros sabemos que su amor por nosotros no tenía límites. Dile por
favor, que junto a nuestra Eugenita, su primita que lo precedió nos
preparen a todos nosotros un lugar junto a ellos para cuando Tu Divino
Hijo disponga que vayamos a encontrarnos para siempre.
Hoy
Dios, te lo juro que seremos fuertes y que repetiremos una y otra vez
desde el fondo de nuestra alma Tu enseñanza más difícil: "HAGASE
TU VOLUNTAD AQUI EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO".
AMEN
Maria Soledad De la Cerda E.
|